31/3/16

Pensamientos: "Una bonita historia" [31-3-16]

 
Una bonita historia

Un día, cuando yo era un adolescente en la escuela secundaria, vi a un chico de mi clase que caminaba hacia su casa cuando regresaba de la escuela. Su nombre era Pete. Parecía que llevaba todos sus libros de la escuela. Yo pensé para mís adentros, "¿Por qué alguien traería todos sus libros a casa en un viernes? Realmente debe de ser un nerd."

Yo tenía un fin de semana muy bien planeado (fiestas y un juego de fútbol con un amigo el sabado por la tarde), encogí mis hombros y seguí caminando cuando vi a varios niños que corrian hacia él golpeandolo y tirando todos sus libros y al mismo tiempo haciéndolo tropezar para que él aterrizará en la suciedad. Sus gafas salieron volando, y yo las vi aterrizar en el césped aproximadamente a diez pasos de él. Él se levantó y vi una gran tristeza en sus ojos.

Mi corazón fué hacia él. Así que, corrí hacia donde estaba y cuando se arrastró para buscar sus gafas, vi una lágrima en sus ojos. Cuando yo le dí sus gafas, le dije, "Esos tipos son unos tontos. Ellos realmente deberían hacer algo con su vida." ¡Él me miro y dijo, "gracias!" Había una sonrisa grande en su cara. Era una de esas sonrisas que mostraba realmente gratitud. Yo lo ayudé a recoger sus libros, y le pregunte donde vivia.

Resultó que vivia cerca de mí casa, y por eso le pregunté por qué yo nunca lo había visto antes. Él contesto que había asistido a una escuela particular antes de asistir a esta. ¡Yo nunca me hubiera juntado con un niño de una escuela particular antes! Platicamos todo el camino a casa, y yo llevé sus libros. Él resultó ser un chico bastante agradable.

Le pregunté si queria jugar fútbol el sábado conmigo y mis amigos. Y me dijo que sí. Salimos el fin de semana y entre más conocia a Pete, más me agradaba su forma de ser y mis amigos pensaban lo mismo de él. El lunes al llegar a la escuela vi a Pete de nuevo con todos sus libros. ¡Yo lo detuve y le dije, "muchacho realmente vas hacer musculos con esos libros que cargas diario!" Él apenas se rió y me dio la mitad de los libros.

Durante los próximos cuatro años, Pete y yo nos hicimos grandes amigos. Cuando estabamos en la Preparatoria empezamos a pensar en la universidad. Pete decidió irse a Georgetown, y yo a Duque. Yo sabia que nosotros siempre seríamos amigos, y que la distancia nunca serían un problema para nuestra amistad. Él queria ser doctor, y yo iba por un negocio relacionado con una beca del fútbol. Pete era siempre el primero de nuestra clase y yo lo fastidiaba todo el tiempo diciendole que era todo un nerd.

Él tenía que preparar un discurso para la graduación. Y me alegré de no ser yo el que tenia que levantarse allí y hablar. El día de la graduación, vi lo bien que lucia Pete. Él era uno de esos tipos que realmente encontró su camino durante la prepa. Él embarnecio y se veia realmente bien con sus gafas.

¡Él tenía más citas que yo y todas las chicas lo amaban! Es mas, algunas veces yo sentía envidia. Pero hoy era uno de esos días en que sabia que él estaba nervioso por lo de su discurso. ¡Así que, le di una palmada en la espalda y le dije, " grandulón tú eres el mejor!!! "Él me miro con una de esas miradas de agradecimiento y sonrió. "Gracias," dijo.

Cuando empezó su discurso, aclaró su garganta, y empezó. "El graduarte es un tiempo para agradecer a aquéllos que te ayudaron a través de estos años difíciles. Tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá hasta a un entrenador físico.... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirle a todos ustedes que siendo amigo de alguien es el mejor regalo que ustedes pueden dar. Yo voy a contarles una historia. "Yo mire a mi amigo con incredulidad cuando él contó la historia del primer día que nosotros nos conocimos. Ese día él había planeado suicidarse durante el fin de semana. habló de cómo había limpiado su locker para que su Mamá no tuviera que hacerlo después y que se llevó todos sus libros a casa. Me miro fijamente y me sonrio. "Gracias a Dios que me salvó. Mi amigo me salvó de hacer lo indecible." oí un completo silencio de parte de toda esa muchedumbre al oir como este muchacho guapo y popular nos contaba su momento más débil.


Yo vi a su Mamá y papá mirándome y sonriéndome con una sonrisa agradecida. No fué hasta ese momento que yo comprendí la profundidad de este asunto. Nunca hay que subestimar el poder de nuestras acciónes. Con pequeños detalles podemos cambiar la vida de una persona. Ya sea para bien o para mal. Dios nos pone en la vida de otros para impactar unos a otros de alguna manera. Busca lo bueno en otros siempre.


 

3 comentarios:

  1. Que historia tan tierna y tan humana, gracias por publicarla

    ResponderEliminar
  2. No solo es una bonita historia, es tan real como la vida misma. Nunca te olvides de hacer el bien cada vez que Dios te dé la oportuidad.-

    ResponderEliminar
  3. No solo es una bonita historia, es tan real como la vida misma!!! tratemos de hacer el bien cada opotunidad que Dios nos dé.-

    ResponderEliminar